Algunos de los elementos discutidos hasta ahora:

El primer objetivo para darle continuidad a esta pelea es mantener el reclamo por verdad y justicia en la agenda, haciendo énfasis en las consecuencias que tiene la impunidad hoy.

Después del plebiscito del 89 las organizaciones de DDHH enfrentaron serias dificultades para rearmar un discurso claro y reorganizar las fuerzas sociales, que permitiera seguir peleando. En este contexto, varios sectores (de izquierda y de derecha) intentaron silenciar el tema y darlo por finalizado. La consecuencia de esto fue prácticamente una década de silencio en torno al tema. Por otra parte, desde las organizaciones de DDHH el contenido del discurso cambio significativamente después de la derrota en el referéndum de 1989: se entendió que una vez cancelada esa vía para alcanzar la justicia, el eje de la pelea debía articularse en torno a la búsqueda de verdad, en el marco del artículo 4° de la Ley de Caducidad.

Hoy estamos en otro contexto, en el que la acumulación en torno al tema –en tanto generación de conciencia- es mucho mayor, y la falta de legitimidad de la ley de impunidad, que ha sido condenada tanto a nivel social como en el plano legal (tanto a nivel internacional como desde los diferentes poderes del estado uruguayo) permiten redimensionar esta pelea. Hoy es necesario darle continuidad a la lucha por verdad y justicia, redefiniendo las formas para desarrollar esta lucha pero manteniendo los ejes centrales de la misma. Más allá de la anulación de la Ley de Impunidad, el desafío que tenemos es no dejar que este tema quede en el olvido, seguir luchando por verdad y justicia, seguir haciendo el trabajo de la reconstrucción de nuestra memoria histórica.

Esto no significa que actualmente tengamos que empezar a movilizarnos exigiendo al parlamento la anulación, sino que es necesario empezar a generar el marco para ejercer esta presión y que sea efectiva. Eso implica por un lado trabajar en la condena legal de esta ley y fortalecer el plano de las denuncias internacionales; y por otro lado generar actividades de información, concientización y movilización, a fin de ir generando una sensibilidad en la gente que refuerce la condena a esta ley y se plantee la alternativa de la anulación parlamentaria.